sábado, 22 de octubre de 2011

º·····/

Y cansada ya lo estaba,
y fulana ya lo era.
Y corría la pagana,
devolviendo las carteras
a señores de tres nombres,
a morales de peaje,
a corrales de la noche.
Condiciones de lenguaje.

 Sentábase la posadera
con jirones de tres palmos,
repitiéndose en silencio
¿esto que gano es lo que valgo?

No sabíase la atolondrada
cuán importante ella era,
pues mantenía calladas
a las putitas de chistera.

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